Para el director del Departamento de Ingeniería Química y de Alimentos, llegó el momento de transformar el potencial agroindustrial del país en una realidad competitiva e innovadora. Esta será la misión de los egresados del nuevo pregrado de la Universidad de los Andes.
CONTACTO: ¿Qué significa para Uniandes la apertura del programa en Ingeniería de Alimentos?
Andrés González Barrios: Es un avance muy importante porque se estaban haciendo esfuerzos atomizados en la Universidad para meterse en el mercado de la agroindustria, pero no se habían consolidado en un programa. Esto nos permitirá no solo mostrar hacia afuera que tenemos unas fortalezas en esa área, sino también consolidar a nivel interno el trabajo de diferentes frentes para impactar de manera positiva el agro colombiano.
CONTACTO: ¿Y qué significa el programa para Colombia?
A.G.B.: La industria de alimentos es una de las más importantes y estamos en mora de cambiar esa visión de tener una economía basada en materias primas y productos que no requieren transformación. Somos un país agroindustrial con un potencial muy grande, pero tenemos que transformarlo –a partir de procesos de innovación– en productos que generen valor agregado y nos hagan competitivos.
CONTACTO: ¿Cómo contribuye nuestro futuro egresado a esa misión?
A.G.B.: Hay varios puntos: el primero, tengo la convicción de que el egresado uniandino tiene unas características diferenciadoras en términos de Ingeniería, con respecto a otros ingenieros en el mercado laboral. Es un ingeniero que está muy bien fundamentado, y la Ingeniería de Alimentos es un área que es muy susceptible a que toda esa fundamentación se aplique para desarrollar productos y procesos de alto valor agregado. Además, estas bases técnicas se complementan con el perfil uniandino de liderazgo, de trabajo en equipo y de comunicación efectiva, haciendo que el egresado tenga un impacto positivo en la industria colombiana.
CONTACTO: Este programa tendrá además un enfoque en emprendimiento...
A.G.B.: Este enfoque se explica, por una parte, con hechos. Me atrevería a decir que más del 90 % de los emprendimientos actuales de nuestros egresados de Ingeniería Química están orientados a la industria de alimentos. Tenemos egresados en la industria cervecera, haciendo bebidas energéticas, otras basadas en proteínas, todo muy orientado a la parte de alimentación sana. Por otra parte, el uniandino tiene una formación integral, gracias a la flexibilidad de explorar en facultades como la de Administración o Economía, y así construye bases claras para sacar adelante un emprendimiento. El mercado alimenticio es una oportunidad para que lo hagan de forma espontánea, porque aquí en Colombia, si hay una oportunidad en términos de emprendimiento, es en este sector.
CONTACTO: ¿En qué se diferencia el pregrado uniandino a los ya existentes?
A.G.B.: Aquí no se trata de decir quién es el mejor, sino de complementar nuestras fortalezas para poder finalmente catapultar una profesión que es tan importante para el país. Yo sé que el gremio de los programas de Ingeniería de Alimentos se ha esforzado por darle el valor que necesita. Eso va a ser un gana – gana, pues una de las preocupaciones actuales que he visto es que es una profesión importante, pero no está lo suficientemente posicionada. Entonces el hecho de que Los Andes se una, por tener esa visión global y un respeto internacional, va a permitir que crezcamos en nuestro compromiso con las regiones, al tiempo que aportamos nuestra rigurosidad y visión sistémica. También nos destacamos por un cuerpo profesoral altamente calificado y nuevos laboratorios equipados para el procesamiento de alimentos y sensorial, orientado al diseño integrado de productos y procesos.
CONTACTO: ¿Cómo se insertan los nexos con la industria dentro del programa?
A.G.B.: Nosotros hemos desarrollado proyectos de investigación en varias empresas en Colombia como Noel, Casa Luker, Alquería, Amor Perfecto y Givaudan que nos han fortalecido para conocer cuáles son las necesidades que tienen las empresas en términos de diseño integrado de productos y procesos y eso ha permeado a los estudiantes. Ellos también han participado en clases tipo reto, como la que tiene el profesor Luis Humberto Reyes en conjunto con BBC, es un curso en donde los estudiantes desarrollan cervezas desde un punto de vista técnico, pero que tengan un aspecto sensorial diferenciado con respecto al mercado. Dentro de esos ‘cursos/reto’ el estudiante entiende mucho del diseño de producto, que hay que satisfacer una necesidad de mercado, que no importa solo el costo, que importa también lo sensorial. Y como el programa de Ingeniería de Alimentos va a entrar reformado, eso significa que varios cursos harán parte de las materias obligatorias en donde se invitará a empresas para que les entreguen sus retos a los estudiantes.
CONTACTO: ¿Cuál sería el mensaje para los empresarios que nos leen en este momento?
A.G.B.: Que queremos trabajar con la industria alimenticia colombiana, pues tenemos las herramientas para mejorar sus productos y procesos. Nuestra intención es tener un impacto positivo, al mismo tiempo que educamos a los mejores ingenieros de alimentos en Colombia.
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