La transcriptasa es una enzima usada para el diagnóstico del nuevo coronavirus.
En el proceso de detección del SARS-CoV-2 hay dos enzimas claves: la transcriptasa reversa y la Taq polimerasa. La primera se encarga de convertir el virus de un molde de ARN a ADN. Y la segunda multiplica un millón de veces la molécula de ADN del virus (reacción en cadena de la polimerasa) para que sea visible e identificable. Ambas proteínas están escasas en los laboratorios y es un imperativo producirlas de forma local.
La Universidad está trabajando en la producción de la transcriptasa reversa en un proceso de colaboración entre academia e industria. Este trabajo se inició por medio de una solicitud en redes sociales y requerimientos actuales de GENCORE, el laboratorio de diagnóstico de COVID19 de la Universidad de los Andes. La Facultad recibió la ayuda de la Universidad de California en San Diego (UCLA) para producir una de las enzimas, pero también se está trabajando en la producción de otra transcriptasa que reduciría el tiempo de la prueba. Este es un trabajo realizado por Miguel Fernandez, investigador postdoctoral del Departamento de Ingeniería Química y de Alimentos y apoyado por Silvia Restrepo con la Vicerrectoría de Investigación y Creación de la Universidad.
En declaraciones al diario El Espectador, Andrés González Barrios, director del Departamento de Ingeniería Química y de Alimentos explicó cuál es el objetivo de esta alianza. “Con investigadores de Bogotá expresamos la preocupación sobre lo que iba a suceder en la demanda de algunos insumos. Estas enzimas no se producen en Colombia y es necesario importarlas. Y con la demanda que hay, los proveedores priorizan a los países que sí las producen. Nosotros tenemos la capacidad de producir la transcriptasa. La idea es aliarnos con Vecol para transferirle el conocimiento a ellos que pueden producir en un volumen alto para satisfacer la demanda. El objetivo es desarrollar esta tecnología a finales de junio”, menciona.