El primer maniquí robótico que se adapta a cuerpos reales —no ideales—, diseñado desde la intersección entre ingeniería y diseño en Uniandes, representará a Colombia en dos de los eventos más importantes en innovación: la conferencia IEEE ARSO 2025 y la Exposición Mundial de Osaka.
El origen: cuando diseño e ingeniería hacen “match”
Las grandes ideas también nacen de grandes "match". De esto sí que saben David Ramírez y Alejandro Cante, creadores de FORMA, proyecto que busca revolucionar la industria de la moda, con el primer maniquí robótico que se adapta a cuerpos reales, no ideales.
David y Alejandro se conocieron durante su pregrado en Ingeniería Mecánica en la Universidad de los Andes, donde David también cursaba sus estudios en diseño.
En una clase de posgrado en Soft Robotics, liderada por profesor Jonathan Camargo Leyva, nuestros estudiantes fueron retados a explorar técnicas de robótica blanda: sistemas mecánicos que operan a través de la deformación por presión de materiales viscoelásticos.
“Como ingeniero y diseñador, noté que estos materiales mimetizan el comportamiento de los tejidos biológicos. Son ligeros, elásticos y permiten una deformación continua sin partes móviles rígidas, algo que ningún actuador convencional puede lograr con la misma sutileza”, explica David. “Por eso se usan en campos como la biomédica o la automatización, en ejemplos como pinzas, prótesis o manos robóticas”.
Esa interdisciplinariedad entre la ingeniería mecánica y el diseño fue lo que hizo "match" y lo que comenzó como un ejercicio académico pronto se transformó en una pregunta disruptiva: ¿Y si esta tecnología pudiera representar el cuerpo completo, no solo imitar partes?
Así nació FORMA: un maniquí robótico que se adapta en tiempo real a distintos tipos de cuerpo, desafiando los moldes que aún dominan la industria de la moda.
Más que técnica: una propuesta humana
A diferencia de los sistemas mecánicos tradicionales, FORMA no necesita motores, bisagras ni piezas rígidas. Gracias a su estructura de silicona blanda y a sistemas de cámaras de aire, el maniquí puede expandirse o contraerse con movimientos suaves, precisos y seguros, adaptándose a una diversidad real de siluetas.
“No es solo un maniquí. Es una propuesta para visibilizar cuerpos diversos, para diseñar desde la empatía y mostrar que no hay un único cuerpo válido”, afirma Alejandro.
FORMA no impone tallas. Representa con fidelidad cómo cae, se estira y se adapta una prenda en cuerpos reales. En palabras de Alejandro, es también una experiencia emocional, “que alguien se detenga frente a una vitrina y diga ‘yo sí me veo ahí’, sin necesidad de probarse nada, puede cambiar su relación con la moda.”
Del aula al escenario global
Después del curso, el equipo redefinió el horizonte del proyecto. Durante unas vacaciones intensas reinterpretaron la tecnología y desarrollaron un prototipo completamente nuevo. Aunque su primera postulación a una conferencia fue rechazada, la retroalimentación recibida resultó clave para persistir con un enfoque renovado.
En 2025, FORMA fue seleccionado para participar en la Conferencia Internacional de Robótica Avanzada y sus Impactos Sociales (ARSO), que se realizará en Osaka, Japón, del 17 al 19 de julio.
“Queremos mostrar que la robótica blanda también puede ser una herramienta para el diseño especulativo, la inclusión y la representación corporal. Ya hemos visto el impacto que FORMA ha tenido en estudiantes de distintas carreras en Uniandes, y esta participación proyecta esa conversación a escala internacional”, señala David.
Además, FORMA será parte del Pabellón de Colombia en la Expo Mundial Osaka 2025, en una vitrina internacional durante la celebración del Día de la Independencia de Colombia. Será la única propuesta tecnológica con impacto social y comercial de origen nacional presente en el pabellón.
La visibilidad que tendrá FORMA es enorme: se espera la visita de empresarios, diplomáticos y asistentes de todo el mundo. Esta será una oportunidad no solo para mostrar el prototipo, sino para abrir conversaciones con posibles aliados estratégicos del sector moda y tecnología, desde Asia hasta Europa.
El objetivo es claro: lograr conexiones que permitan evolucionar el diseño y producción del maniquí hacia un modelo comercial escalable.
Hacia un futuro escalable
Durante su trayecto por EE. UU. y su estadía en Japón, el equipo buscará alianzas con universidades, marcas y centros de investigación que trabajan en la intersección entre moda, materiales y robótica blanda.
“Este maniquí no busca solo vender más, sino vender con verdad. Su valor está en lo que representa: cuerpos diversos, una conexión más honesta con las prendas, y una ruptura de la idea de que hay un solo tipo de cuerpo válido en la moda”, añadió David.
Para 2027, el equipo espera escalar el prototipo hacia un modelo comercial que pueda ser utilizado por marcas deportivas, tiendas insignia y vitrinas innovadoras en todo el mundo, perfeccionando así la tecnología a escala humana.
Desde las intersecciones improbables, una innovación con impacto
FORMA demuestra cómo la interdisciplinariedad desde el pregrado —entre ingeniería y diseño— puede construir futuros especulativos para desafíos reales: integrando saberes técnicos y sensibilidad social, mientras se abren puertas en espacios donde la presencia latinoamericana aún es escasa.
El proyecto ya ha inspirado a estudiantes de distintas disciplinas a imaginar nuevas formas de integrar conocimientos aparentemente lejanos. Pero también busca ser una plataforma para otras generaciones.
“Queremos que FORMA sea un referente de lo que puede surgir cuando se mezclan ingeniería, diseño y humanidad desde el pregrado”, concluye David.
Hoy FORMA trasciende fronteras físicas y simbólicas. Desde Colombia hasta las vitrinas experimentales en Japón, este maniquí de tecnología blanda nos recuerda que la innovación robótica puede ser a la vez delicada, crítica y profundamente humana.
Autora: María Angélica Huérfano