José Segundo Naranjo llegó a la Universidad de los Andes cuando tenía apenas 21 años y no conocía absolutamente nada sobre Ingeniería Civil. Hoy, 30 años después, no solo es profesional en esta área, sino que es uno de los técnicos de laboratorio con mayor conocimiento y experiencia en el Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental.
Durante estas tres décadas, ha hecho parte de algunos de los proyectos más importantes que se han desarrollado en el Departamento. Hizo parte del equipo de trabajo del Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico, CITEC, espacio que durante más de 10 años contribuyó a establecer vínculos entre la universidad y el sector productivo a través de diferentes investigaciones.
Participó, además, en la investigación de concreto compactado con rodillo para la fabricación de represas, un sistema innovador frente a la construcción que se hace con concreto tradicional, en los ensayos de campo a gran escala en el relleno Doña Juana, en los análisis del colapso del edificio Space, en los proyectos hidroeléctricos Miel II y Ovejas RCC y en la microzonificación sísmica que se llevó a cabo para Bogotá, Medellín, Pereira y Manizales, entre otros.
Siempre ha trabajado en el laboratorio de Modelos Geotécnicos, inició como auxiliar y hoy se desempeña como técnico. Es un apoyo fundamental para los estudiantes de pregrado, tiene a su cargo la clase de Geotecnia en el laboratorio y acompaña y asesora a profesores y a alumnos de maestría y doctorado.
Para José Segundo, la universidad se ha convertido en su segundo hogar, lleva aquí más de la mitad de su vida, tiempo en el que ha crecido profesionalmente y personalmente. Se graduó como tecnólogo en Mecánica de Suelos y Pavimentos del SENA y como Ingeniero Civil de la Universidad Escuela de Ingenieros Militares. Paralelo a todo esto construyó una familia que adora.
Y como siempre ha sido muy inquieto, José Segundo busca continuar creciendo profesionalmente y espera seguir haciéndolo aquí, pues cree que nunca es tarde para aprender y emprender nuevos proyectos.
“La Universidad de Los Andes me lo ha dado todo, he crecido de una manera que nunca imaginé, hoy tengo una profesión respaldada por la universidad, eso es muy satisfactorio. Ahora miro atrás y es como si el tiempo no hubiera pasado, cuando uno ama lo que hace el tiempo se pasa volando y mi vida aquí ha sido muy feliz”, concluyó José Segundo.