En 2019, cuando Nicolás Carvajal estaba terminando el grado once, recibió una invitación que marcaría su vida profesional y personal. Había sido elegido para participar en el primer campamento de programación organizado por la Universidad de los Andes en alianza con la Universidad de Stanford, dirigido a atraer estudiantes de colegios públicos y privados al creciente mundo de la informática.
Aunque Nicolás había recibido algunas clases de programación en su colegio, su conocimiento era muy básico. Como él mismo señala, nunca se había sentado frente a un computador a “echar código”. Sin embargo, durante las dos semanas del campamento, descubrió en la programación su nueva pasión.
Nicolás ya sabía que quería ser ingeniero de sistemas, pero sin duda el campamento afianzó su decisión. Para el segundo semestre de 2019, ya había iniciado su pregrado en la Universidad de los Andes. Desde entonces, toda su carrera ha girado alrededor de la programación. Hoy hace su maestría en Ingeniería de Software y es líder de sección del mismo campamento que lo vio nacer como programador.
Nicolás es solo uno de los más de 400 estudiantes que, desde 2019, se han beneficiado de este campamento de programación. Este evento gratuito ha acogido a estudiantes de grados octavo a once de Bogotá y otras regiones del país, brindándoles una oportunidad única de adentrarse en el mundo de la tecnología.
“En la actualidad, no todos los estudiantes tienen la posibilidad de aprender a programar desde el colegio. Por esta razón, realizamos actividades como el campamento, con las que buscamos alfabetizar en este tema, de forma que se convierta en una herramienta adicional dentro de la maleta del estudiante y que lo acompañe toda su vida, independientemente de la profesión que escoja”, afirma Kelly Garcés, profesora asociada del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación de la Universidad de los Andes y una de las líderes del proyecto.
Además, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se requiere formar al menos un millón de programadores para cubrir la brecha de talento en las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en Latinoamérica.
Durante la cuarta edición del campamento, que culminó el pasado 6 de julio, asistieron alrededor de 90 estudiantes, de los cuales más del 50% fueron niñas. Para la profesora Kelly, este es otro de los grandes propósitos del campamento: cerrar la brecha de género que aún persiste en el mundo de la tecnología, incentivando a que más niñas decidan estudiar estas carreras. Actualmente, solo el 10% de los puestos de trabajo en esta industria son ocupados por mujeres.
El campamento ha logrado cumplir este propósito, pues tras su versión 2024, alrededor del 50% de sus participantes han sido mujeres, demostrando que la programación y las carreras STEM ofrecen enormes oportunidades para todos.
Un campamento inolvidable
Entre clases magistrales, sesiones de ejercicios y mucha diversión, culminó con éxito la cuarta versión del campamento, en la que los estudiantes aprendieron a programar en Python, el lenguaje más popular actualmente para el desarrollo de aplicaciones web, ciencia de datos e inteligencia artificial. Lograron crear increíbles animaciones, aplicaciones y videojuegos.
Se despidieron de sus nuevos amigos, de sus profesores y de sus líderes de sección, entre ellos Nicolás, que, como ellos, hace apenas unos años fue estudiante del campamento y, gracias a esta oportunidad, se enamoró de la programación y la enseñanza.
“Cuando retribuyes lo que has aprendido enseñando a otros, entiendes que todo vale la pena. Es muy impactante ver cómo los chicos que no tenían claro qué estudiar al inicio del campamento salen convencidos de que la Ingeniería de Sistemas es lo suyo. Incluso aquellos que aún no lo tienen claro, se llevan la certeza de que la programación les servirá para su futuro, independientemente de la carrera que elijan. Siempre he creído que hay dos formas de impactar a la sociedad: a través de la política o mediante la educación. Este campamento me ha confirmado que mi camino es la enseñanza, así que seguramente mi futuro está en la docencia”, concluye Nicolás.
En el futuro, el campamento de programación de Uniandes seguirá creciendo para abarcar a más estudiantes y colegios. Para lograrlo, será indispensable seguir contando con aliados académicos como la Universidad de Stanford y donantes anónimos que hacen posible esta iniciativa.
La Facultad de Ingeniería de Uniandes agradece especialmente a los colegios por aceptar esta invitación, a los estudiantes por su dedicación y entusiasmo, a sus padres por el apoyo y, finalmente, a los profesores y líderes de sección del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Computación, quienes compartieron su pasión y generosidad.