Christofer tiene diez años, es muy conversador y cuando sea grande quiere ser músico o ingeniero químico. Por una condición médica, que aún su mamá no entiende bien o nunca le explicaron con exactitud, Christofer nació sin su mano derecha, sin embargo, esto no ha sido impedimento para que juegue al pasamanos, dibuje o aprenda a tocar guitarra, algunas de las actividades que más le gusta hacer.
Hoy es un día muy especial para él, llegó a la Universidad de los Andes para recibir un regalo que, como él mismo lo dice, le cambiará la vida.
Entró muy ansioso y vio que había otros niños y adultos con su misma condición, personas a las que le faltaba una mano o parte de su brazo, unos por motivos médicos y otros por algún accidente.
Todos estaban allí porque fueron seleccionados para recibir una prótesis que les permitirá recobrar parte de la movilidad de su extremidad perdida y con la que Christofer podrá continuar formándose para convertirse en el músico o en ingeniero que sueña ser.
La entrega de estas prótesis hizo parte del cierre de la tercera etapa del proyecto “Empoderando a través de la impresión 3D”, iniciativa de la que hacen parte los emprendimientos Humanos 3D y Compositus, este último que nació en los laboratorios de los departamentos de Ingeniería Química y de Alimentos e Ingeniería Mecánica de la Universidad de los Andes.
“Entregamos 30 prótesis, unas hechas con materiales tradicionales y otras con los filamentos que producimos en Compusitus, un proyecto de investigación con el buscamos aprovechar los residuos agroindustriales y el plástico reciclado para darles una nueva vida a través de su transformación en materiales para la impresión 3D”, sostuvo María Alejandra Morales, estudiante doctoral, miembro de la iniciativa.
Tanto Compositus como Humanos 3D han sido parte de la Royal Academy of Engineering a través del programa Leaders in Innovation Fellowships (LIF), que impulsa tecnologías con impacto social mediante mentorías, redes de apoyo y capacitaciones de alto nivel.
Gracias a este acompañamiento, los dos emprendimientos lograron acceder a un Community Grant que les permitió transformar la vida de estas personas.
“Este trabajo en conjunto ha sido muy enriquecedor. Desde el inicio conversamos cómo podríamos unir las dos iniciativas. Desde Humanos 3D hicimos los diseños y los enviamos a Compositus para que realizaran las pruebas de sus materiales para imprimir los prototipos. Luego, ensamblamos las prótesis y las adaptamos a los beneficiarios. Inicialmente solo estábamos buscando beneficiar a 10 personas y logramos llegar a 30. Ahora, hay una lista de más de 90 que también están buscando ser beneficiarios de la iniciativa, así que estamos buscando nuevas alianzas para impactar a más personas”, sostuvo Hugo Esteban Rojas, director de Fundación Humanos 3D.
Pero esta no es la única aplicación posible que tiene Compositus, de acuerdo con sus investigadores, los materiales creados desde esta iniciativa podrían tener grandes oportunidades en áreas como el diseño, la arquitectura, el prototipado y los modelos por inyección.
“Evaluamos y trabajamos con diferentes residuos como la cascarilla de café, de cacao, de arroz, de marañón, con el bagazo de la caña y con el afrecho de la cebada, entro otros. Toneladas de desechos que de no aprovecharse terminarían incinerados generando una gran contaminación. Igual ocurre con los plásticos, los cuales, de no ser reciclados, terminarían en vertederos”, añadió María Alejandra.
De esta manera, Compusitus busca revolucionar la manera en la que se tratan estos residuos para darles una nueva vida útil, por medio de su valoración y transformación en productos innovadores, contribuyendo a una economía circular más eficiente y una producción agrícola más ecológica.
Esta iniciativa, que empezó a desarrollarse desde 2017, ganó en 2020 una convocatoria de MinCiencias con la que ha logrado aumentar su nivel de maduración tecnológica de 6 a 9, aproximadamente.
Adicionalmente, ha tenido la oportunidad de participar en el ICNF, Internacional Conference on Natural Fibers, donde ganaron una mención de honor y ocuparon el puesto 29 en los premios Latinoamérica Verde en 2021 y el puesto 4 en la categoría Reciclaje, en el marco de los mismos premios.
Actualmente, gracias a su potencial en el mercado, Compositus adelanta un proceso con la Oficina de Transferencia de Tecnología y Conocimiento de Los Andes para convertirse en un spin off, como se les conoce a las nuevas empresas de base tecnológica nacidas a partir de procesos exitosos de investigación aplicada dentro de la institución.
Como spin off, Compositus contará con el apoyo de la Oficina de Transferencia de Tecnología y Conocimiento en temas relacionados con coworking, incubación del producto, mercadeo, propiedad intelectual y la oportunidad de hacer transferencia de conocimiento.
Adicionalmente, en diciembre de 2024, Compositus recibió el premio Dejar Huella, entregado por la Universidad de los Andes a proyectos que han contribuido significativamente a la innovación y el desarrollo de la institución generando impacto a la sociedad. Fueron reconocidos en la categoría Investigación y Creación.
“Compositus está comprometida con la sostenibilidad ambiental y social de este país. Estamos revolucionando las industrias agroindustriales y del plástico convirtiendo sus residuos en productos innovadores que, como en el caso de las prótesis, logran transformar vidas”, agregó Alicia Porras, vicedecana de Investigación y Doctorados de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes y profesora del Departamento de Ingeniería Química y de Alimentos, una de las líderes del proyecto desde la institución, junto a los co-investigadores, Alejandro Marañón y Juan Pablo Casas, profesores del Departamento de Ingeniería Mecánica y los estudiantes doctorales María Alejandra Morales y Juan Sebastián Porras.
Ahora, Christofer, junto a los demás beneficiarios del proyecto, disfrutan de una nueva prótesis que seguro les permitirá seguir trabajando y cumpliendo sueños, en el caso de él, convertirse en el mejor guitarrista o ingeniero del país o del mundo.
Por: María Angélica Huérfano