Para conmemorar el primer cuarto de siglo del programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad de los Andes, egresados, profesores, estudiantes, administrativos y amigos se reunieron el pasado 17 de octubre para homenajear a los protagonistas de la construcción de esta historia y conversar sobre el futuro de esta ingeniería en el mundo.
La historia de un programa que, luego de 25 años, ha graduado a más de 1.200 profesionales destacados que trabajan en Colombia y en el resto del mundo y que participan en proyectos que enfrentan los desafíos más urgentes del planeta como el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad.
En temas de investigación, el crecimiento del programa ha sido exponencial. “Actualmente tenemos una tasa de producción de cerca de 25 publicaciones por año y a lo largo de este tiempo hemos realizado más de 200 publicaciones y más 3.400 citaciones en temas variados como calidad del aire y del agua, contaminación, gestión de residuos, ciudades sostenibles, valoración de suelos y paramos, entre muchos otros”, señaló Juan Pablo Rodríguez, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental.
De acuerdo con el profesor, toda esta producción científica se ve reflejada en los impactos que el programa ha generado en la protección del medioambiente y la salud de la población. “La prohibición del asbesto, el Plan Decenal de Descontaminación de Bogotá y la cuantificación de los impactos de la renovación de la flota de TransMilenio, son apenas unos ejemplos relevantes de todo lo que han logrado nuestros grupos de investigación”, añadió el profesor Rodríguez.
Una historia de más de cinco décadas
Aunque el programa de Ingeniería Ambiental nació oficialmente en 1999, su génesis se remonta décadas atrás cuando egresados visionarios que estaban estudiando por fuera del país empezaron a ver en esta área de investigación el futuro de la humanidad.
De acuerdo con el artículo “Seguimiento y Evolución de la Ingeniería Ambiental en Colombia”, publicado en la Revista de Ingeniería de la Universidad de los Andes y escrito por el ingeniero Germán García Durán, presidente ejecutivo de la Fundación Río Urbano, para finales de los años 60, mientras él adelantaba su maestría en Ingeniería Ambiental en Estados Unidos y trabajaba para consultora de ese país empezó a pensar en la posibilidad de traer los estudios en esta área a la universidad y a Colombia, por lo que se comunicó con su amigo y exprofesor Eduardo Aldana, quien se encontraba realizando sus estudios de doctorado en MIT.
“Eduardo ofreció ponerse en contacto con la universidad y sus gestiones rápidamente dieron sus frutos, por lo cual no dudo en atribuir a Eduardo, más tarde rector de Los Andes, la mayor parte del crédito por la introducción de la Ingeniería Ambiental a Colombia”, sostiene la publicación.
Así que, por allá, a inicios de los años 70, tiempo en el que también se empezó a escuchar por primera vez en el mundo el término “calentamiento global”, la Universidad de los Andes ya daba pasos audaces en el estudio de la Ingeniería Ambiental en Colombia, siempre a la vanguardia en educación.
Ya para los años 80, y bajo la batuta de profesores como Sergio Barrera, la enseñanza de Ingeniería Ambiental registró una enorme evolución y su investigación se convirtió en prioritaria para la universidad, por lo que se adquirieron nuevos laboratorios con equipos modernos para la medición y análisis ambiental.
Para inicios de la década de los años 90 los cursos en esta área contaban con su propio espacio tras la creación del Centro de Investigaciones en Ingeniería Ambiental (CIIA), bajo el liderazgo de profesores como Mario Alfredo Diazgranados y Eugenio Giraldo.
En 1996 se abrió la maestría en Ingeniería Ambiental como parte del programa de Ingeniería Civil y tres años después, en 1999, nació el pregrado en Ingeniería Ambiental y el Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental.
El futuro de la Ingeniería Ambiental
Durante el encuentro de conmoración de los 25 años se llevó a cabo un panel para conversar sobre el presente y el futuro del programa, al que fueron invitados los egresados Angélica Ospina, fundadora y actual directora ejecutiva del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible; Daniela García, subdirectora de Calidad del Aire, Auditiva y Visual en la Secretaría Distrital del Medioambiente de Bogotá; Fernando Atuesta, jefe nacional de Asuntos Ambientales de Alpina; Marcela Zambrano, líder de Gestión de Residuos y Economía Circular para Latinoamérica en la consultora Solid Waste Management Expert y Mónica Uribe, jefe de División en Sostenibilidad y Economía Circular en Enel Colombia y Centroamérica.
Manuel Rodríguez, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, moderó el panel, quien inició este conversatorio preguntando a los invitados sobre si el país y el mundo le da importancia a la Ingeniería Ambiental.
De acuerdo con Fernando Atuesta, más allá del papel que tomen los países o el mundo entero, la importancia de esta ingeniería es innegable. “Esto se ve reflejado en las alertas que ha emitido la ONU a través del Panel Intergubernamental de Cambio Climático sobre el rumbo que podrá tomar el planeta si no se toman las acciones necesarias y creo que la Ingeniería Ambiental es una de esas disciplinas que tiene una de las mayores responsabilidades, no solo de actuar sino de alzar la voz, de replicar esos mensajes y ser un agente catalizador para que otras disciplinas tomen acciones en esa dirección”, sostuvo.
Por su parte, Marcela Zambrano señaló que, desde su orilla, en el campo de los residuos, cada vez esta disciplina tiene mayor relevancia, gracias a su integralidad, lo que permite que se mueva en distintos frentes y sea referente y relevante dentro de muchas discusiones.
Para Daniela García este programa es aún incomprendido y no está posicionado como debería. “Sin embargo, gracias a su carácter trasversal e integrador debe ser entendida como una carrera base donde se logra poner al mismo nivel el gran reto de seguir creciendo y alcanzando un desarrollo económico, pero hacerlo de manera sostenible, en la cual nuestro fundamento debe ser la vida y el cuidado de los recursos naturales”, señaló.
Los panelistas creen que la integración, la resiliencia, la adaptación, la transformación, la comunicación, la colaboración, la resolución de conflictos, el aprovechamiento y uso adecuado de la Inteligencia Artificial, la conexión con la industria y el mercado laboral, son algunos temas claves en los que hay que trabajar para posicionar la carrera y darle la trascendencia que tiene.
Sobre las áreas promisorias dentro de esta área, nuestros panelistas ven en el tratamiento de aguas y su reúso, en las energías renovables y no convencionales y cómo se usan, en las soluciones basadas en la naturaleza y, definitivamente, en la Inteligencia Artificial los temas claves que pondrán aprueba el conocimiento de la Ingeniería Ambiental y de sus ingenieros.
Mónica Uribe agregó que la Ingeniería Ambiental tiene que buscar resolver todos los desafíos ambientales y sociales que van a continuar apareciendo y que seguro se presentarán en mayor medida y con una mayor rapidez que en décadas pasadas. “En este tipo de habilidades es que debemos formar a los ingenieros de hoy”, acotó.
Para cerrar el panel, Angélica Ospina puntualizó que el futuro de la Ingeniería Ambiental está completamente ligado a la sostenibilidad, donde la equidad social, la economía circular, el manejo de los recursos naturales y la biodiversidad, entro otros temas, serán clave para resolver los problemas macro, pues sin abordar todas esas dimensiones será imposible hacerlo.
De esta manera culminó el encuentro que reconoció y homenajeó a todos aquellos que han hecho parte de esta historia y que tuvieron la visión para crear un programa fundamental para el desarrollo sostenibles del país y del mundo.
“Desde el departamento queremos potenciar la sinergia que hemos construido entre las carreras de Ingeniería Civil e Ingeniería Ambiental acercándolas aún más, que compartan más cursos y discusiones. Tenemos el reto de desarrollar nuevas habilidades en tema de manejo de datos y nuevas tecnologías. Los invitamos a sigan vinculados a su departamento y a la universidad”, puntualizó Juan Pablo Bocarejo, director del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental durante el encuentro.
