La Facultad de Ingeniería y la Gerencia del Campus de la Universidad de los Andes celebraron la inauguración de la renovada terraza del octavo piso del Edificio Mario Laserna. Después de más de 15 años sin una intervención general, la terraza se transforma hoy en un lugar pensado especialmente para el bienestar de profesores, administrativos y de toda la comunidad uniandina.
Más que una obra física, esta renovación refleja el compromiso de la universidad con la calidad de vida de las personas que, con su trabajo y dedicación diaria, hacen posible que todo funcione el en día a día.
La iniciativa surgió del deseo de darle un nuevo aire a un espacio que había acompañado a generaciones, pero que ya pedía una actualización profunda. Aunque se habían realizado mantenimientos parciales, era momento de ir más allá. Por eso, el equipo de la Decanatura de la Facultad de Ingeniería, con el apoyo con la Gerencia del Campus, decidió emprender una intervención integral que no solo prolongara la vida útil de la terraza, sino que también la convirtiera en un lugar más acogedor, amable y coherente con las necesidades actuales de la comunidad.
Este proceso tuvo detrás meses de planeación cuidadosa, pruebas, decisiones técnicas y un trabajo silencioso, pero decisivo, de muchas personas. Todo comenzó con una prueba piloto en el costado nororiental para seleccionar el material adecuado para el piso: uno que fuera resistente, confiable y capaz de envejecer con gracia frente al clima bogotano. Ese primer paso marcó el camino para la renovación total.
Durante más de seis meses, equipos de distintas áreas trabajaron en perfecta sincronía. Se instalaron nuevos materiales, se reforzaron las bases, se renovó la infraestructura eléctrica y se incorporaron mobiliario, parasoles y zonas verdes diseñadas especialmente para el esparcimiento. Cada detalle, desde la textura del piso hasta la ubicación de las mesas, fue pensado para que quienes suban a este piso puedan sentir un espacio que los abraza y los invita a quedarse.
El resultado es una terraza más robusta, moderna y armónica, que transforma la experiencia de quienes la usan. Con un piso renovado, vegetación que aporta frescura y una distribución que favorece las conversaciones espontáneas y el descanso merecido, el espacio se convierte ahora en un pequeño refugio dentro del campus. Todo esto acompañado de una vista privilegiada a los Cerros Orientales, que vuelve cada visita un momento de inspiración.
Uno de los mayores logros de esta renovación es su durabilidad. El material seleccionado —que ha demostrado su resistencia en otros edificios del campus— permitirá un uso continuo y seguro durante muchos años. Esta decisión garantiza que la terraza estará disponible sin interrupciones, preparada para acompañar clases, pausas, encuentros, celebraciones y tantas historias más que allí comiencen a escribirse.
Sin embargo, lo más valioso de esta obra no está solo en lo visible. Está en el esfuerzo conjunto de quienes la hicieron posible: ingenieros, arquitectos, técnicos, administrativos y equipos que, con paciencia y compromiso, cuidaron cada etapa del proceso. Esta terraza es un recordatorio del trabajo en equipo que sostiene a la Universidad y del cariño con el que se piensa cada espacio para la comunidad.
Por eso, la invitación es sencilla y sincera: vengan a disfrutarla. Este nuevo espacio fue creado para ustedes, con dedicación y con la convicción profunda de que el bienestar es parte esencial de la experiencia uniandina. Hoy la terraza está abierta para descansar, conversar, respirar, trabajar con calma o simplemente mirar la ciudad desde otro lugar. Cuidémosla entre todos, para que siga siendo un rincón especial al servicio de la comunidad.
“Estamos muy felices de este nuevo espacio que es para usted”, expresó Rubby Casallas, decana de la Facultad de Ingeniería, durante la inauguración. Una frase que resume el espíritu de este proyecto: hacerlo todo pensando en quienes hacen parte de esta gran familia.
Autora: María Angélica Huérfano











