14/12/2020

La Facultad de Ingeniería lamenta el fallecimiento del profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental. 

Lunes, 14 de diciembre de 2020 

La Facultad de Ingeniería lamenta el fallecimiento de Luis Eduardo Yamín Lacouture, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, quien estuvo vinculado a la Universidad de los Andes por más de 35 años. 

El profesor Yamín estudió Ingeniería Civil (1982) y realizó su maestría en Ingeniería Civil en la Universidad de los Andes (1983). En 1985, culminó su segunda maestría en Ingeniería Civil en la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y en 2016 recibió su título doctoral en Análisis Estructural de la Universitat Politècnica de Catalunya en Barcelona (España). 

Desde 1985 estaba vinculado a la Universidad de los Andes como profesor asociado e investigador del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental. Se desempeñaba además como director del Centro de Investigaciones en Materiales y Obras Civiles -CIMOC- y del Centro de Estudios sobre Desastres y Riesgos -CEDERI-, ambos de Los Andes. 

Sus áreas de especialización eran el análisis y la modelación de amenazas ante fenómenos naturales, especialmente sismos, vientos y deslizamientos, la evaluación de la vulnerabilidad y el riesgo de todo tipo de componentes de obras civiles y el análisis y diseño de obras de infraestructura ante todo tipo de solicitaciones. 

Fue director de gran número de proyectos de investigación y de trabajos de consultoría especializada a nivel nacional e internacional, al tiempo que fue autor de más de 30 artículos publicados en revistas nacionales y extranjeras, y de varios capítulos de libros especializados, documentos y publicaciones técnicas de diversa índole. 

El investigador participó activamente en el desarrollo de la plataforma CAPRA desarrollada por el consorcio Evaluación de Riesgos Naturales - América Latina (ERN-AL) y patrocinado por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la ONU-EIRD, con el fin de evaluar riesgos multi-amenaza en todo el mundo. 

Fue asesor de varias empresas multinacionales en el sector industrial y de seguros, de agencias de gobiernos en varios países y de organizaciones internacionales tales como el Banco Mundial, el BID, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la OFDA (Oficina de Asistencia a Desastres en el Extranjero) de la Agencia Estadounidense de Desarrollo Internacional–USAID, entre otras.

A la par de su importante trabajo en estos cargos, nunca dejó de lado su labor docente, impartiendo clases de pregrado como Ingeniería de cimentaciones, Mampostería estructural, Mecánica de sólidos I y II, Geotecnia, Mecánica de suelos,  Hormigón I y II y Estática y dinámica; y clases de maestría como Hormigón II, Comportamiento de Estructuras de Concreto, Análisis y Diseño Avanzado de Estructuras, Diseño y análisis avanzado de estructuras, Modelación Estructural Avanzada, Mecánica estructural Aplicada, Mampostería Estructural, Ingeniería de Puentes, Seminario de puentes, Comportamiento y Diseño de estructuras de acero y Dinámica Estructural.

Como reconocimiento a sus aportes a la ingeniería, el profesor Yamín recibió, entre otros, el premio al Trabajo de Investigación en 1997 por parte de la Asociación de Ingenieros Civiles de la Universidad Nacional, el reconocimiento a la Microzonificación Sísmica de Santafé de Bogotá de la Asociación de Ingenieros Civiles de la Universidad Nacional en 1998 y los premios Lorenzo Codazzi y Diódoro Sánchez que otorga la Sociedad Colombiana de Ingenieros -SCI- en 1998.

Luis Eduardo Yamín Lacouture

El profesor Yamín en el laboratorio de Estructuras del Edificio Mario Laserna (2017). Foto: David Amado.

Uno de los protagonistas del mítico CITEC 

A mediados de 1996 y debido a las restricciones de espacios que, en ese momento, tenía la Universidad, la Facultad de Ingeniería decidió emprender uno de los proyectos de ciencia y tecnología más importantes que ha desarrollado en su historia. Se trata del Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico -CITEC-, un espacio que durante más de 10 años contribuyó a establecer vínculos con el sector productivo y empresas multinacionales con el propósito de participar activamente en el desarrollo investigativo de Colombia y en la formación de nuestros estudiantes, gracias a la realización de prácticas experimentales y de impacto real para el país.

El profesor Yamín fue el director por varios años de este mítico centro de innovación que hoy vive en la memoria de varios profesores y personal administrativo de laboratorio. “Creo que lo que marcó la diferencia fue que empezamos a orientar todas nuestras investigaciones a las necesidades prácticas y aplicadas de la ingeniería, las ciencias básicas de la química y los temas medioambientales. Nuestro objetivo se concentró en ofrecer estudios, proyectos y asesorías, entre otros servicios, que resolvieran problemas reales de la industria o que optimizaran procesos productivos que generaran beneficios económicos para un determinado sector, al tiempo que permitieran utilizar toda nuestra capacidad y experiencia en temas prácticos y revertir dichos conocimientos al sector académico. Logramos establecer alianzas con la industria que nos permitieron, desde la Facultad, aportar equipos, conocimiento, innovación, investigación y personal altamente calificado en proyectos de gran impacto para el país. Simultáneamente, la experiencia que ganamos en estos proyectos se fue integrando en los cursos que dictábamos y en el tipo de prácticas que hacen comúnmente los estudiantes, lo que se convirtió en ganancia para todos los participantes”, recordaba el profesor Yamín -en una entrevista realizada en 2017-, lo que significó el CITEC para la Universidad, pero especialmente, para la sociedad e industria colombiana. 

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Investigación en ingeniería sísmica al servicio al país. 

Los aportes del CIMOC, y en particular del profesor Yamín, a resolver problemáticas de diversa índole del país son invaluables y han sido merecedores de numerosos reconocimientos internacionales. Es el caso de la rigurosa investigación que con sus colegas y amigos -los también profesores del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, Juan Francisco Correal y Luis Enrique García- realizó sobre las causas que precipitaron el colapso de la torre 6 del edificio Space en Medellín, cuyos resultados fueron merecedores del ACI Design Award 2018 que otorga el American Concrete Institute.

Los investigadores realizaron un diagnóstico preliminar que permitió a las autoridades tomar decisiones acertadas frente al problema y, más adelante, determinar con exactitud los aspectos que influyeron en el desplome de la edificación de 23 pisos. La tecnología de los laboratorios de la Universidad de los Andes y el conocimiento de sus profesores del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, con el apoyo de científicos internacionales, se pusieron al servicio del país para definir un concepto claro, detallado e independiente sobre las causas reales y, así, las entidades de control determinaran responsabilidades sobre la tragedia.

Fue tal la importancia de esta investigación que, en el año 2016, el Congreso de la República decretó la Ley 1796 conocida por algunos como la ‘Ley Anti-Space’: "Por la cual se establecen medidas enfocadas a la protección del comprador de vivienda, el incremento de la seguridad de las edificaciones y el fortalecimiento de la función pública que ejercen los curadores urbanos, se asignan unas funciones a la superintendencia de notariado y registro y se dictan otras disposiciones".

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Luis Eduardo Yamín Lacouture

El profesor Yamín con la placa otorgada por el American Concrete Institute (2018). Foto: Felipe Cazares. Direccción de Posicionamiento.

Socio honorario de la Asociación de Ingenieros del Valle

El 17 de noviembre de 2020, la Junta Directiva de la Asociación de Ingenieros del Valle nombró por unanimidad al profesor Yamín, socio honorario de la asociación.

Entre otras consideraciones, la asociación exalta que el profesor Yamín: “acompañó a la ingeniería vallecaucana en el desarrollo de proyectos en el campo de la ingeniería sísmica relacionados con estudios de amenaza y microzonificación sísmica de entidades territoriales, así como la vulnerabilidad de edificaciones existentes y la gestión del riesgo de desastres originados por movimientos sísmicos de alta intensidad”.

Con este reconocimiento, la Asociación de Ingenieros del Valle quiere “exaltar la vida y obra del ingeniero, su alta calidad humana, su excelente trayectoria académica, técnica y profesional, y honrar su memoria como un legado ejemplar para las presentes y futuras generaciones de ingenieros de nuestro país”.

Lea la resolución completa en el siguiente enlace.

Así lo recordarán profesores, estudiantes y colegas

Para Juan Francisco Correal, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, y colega y amigo del profesor Yamín, “excepcional, puede ser una palabra que se quede corta, en el impacto tan positivo que logró Lucho Yamin en sus alumnos y colegas, “mi primer jefe”, “excelente profesor”, “ingeniero sin igual”, “gestor incansable”, son algunos de los adjetivos que sus alumnos han dicho en menos de 24 horas de la noticia de su apresurada partida. Considero a Lucho uno de mis mentores y quizás una de los profesores que más influencia tuvo en mi vida profesional. Su berraquera (palabra que usaba con frecuencia), visión y entusiasmo desinteresado con qué le hablaba y motivaba a sus alumnos era el común denominador de su productiva gestión con muchos de nosotros. Deja un legado, que, en conjunto con el dejado por Alberto Sarria, nos motiva a seguir adelante con la misma excelencia y amor por la Universidad, la cual siempre mostró a lo largo de su brillante trayectoria. No me queda sino darle gracias a mi profesor y amigo… profesor de profesores... te extrañaremos, te recordaremos, ¡hasta pronto!”.

Un sentimiento que comparte también Juan Carlos Reyes, profesor asociado del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental, quien compartió con el profesor Yamín durante los últimos 20 años. "Luis me enseñó a ser perseverante, ordenado, disciplinado y a trabajar duro por nuestros sueños. Es una persona por quien sentía un profundo aprecio y admiración. Fue mi profesor, mi jefe, mi colega, mi amigo. En estos 20 años de conocerlo no dejó de sorprenderme de su enorme capacidad intelectual y genialidad. El calor humano que transmitió a todos los que tuvimos el privilegio de trabajar y vivir cada reto y experiencia. Tengo los más gratos recuerdos de su sonrisa, su saludo efusivo acompañado de una palmada fuerte en la espalda, y su extremado orden. Tenía el don de descubrir el valor de cada persona. Fue un verdadero líder, sencillo, amable y alegre.  Tenía la capacidad de trabajo impresionante y una habilidad innata para los negocios. Una enseñanza muy importante que recibí de Luis fue no sobrereaccionar antes las circunstancias adversas. Tratar de entender los problemas, incluso antes de responder o intentar resolverlos".

Profesor de profesores, así lo describe Eduardo Behrentz, Vicerrector Administrativo y Financiero de la Universidad de los Andes. "En particular, para la generación de profesores a la que yo pertenezco, fue Luis Yamín quien nos mostró el camino para la autonomía académica, con la libertad y el sentido de trascendencia que se logran cuando el investigador es también gestor de los recursos que financian sus propios proyectos. ¡Cuán vigente permanece este mensaje para la academia colombiana! Sin excusas, sin matices y sin reclamos; Lucho no pedía presupuestos. Él los conseguía. Adiós amigo y mentor mío. Tu legado vivirá por siempre en tu familia y entre aquellos afortunados que tuvimos el regalo divino de haberte conocido y disfrutado”, menciona el Vicerrector en una columna publicada en Revista Semana.

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Para Jorge Alberto Rincón, técnico del Laboratorio de Estructuras, su partida deja un gran vacío. “Del profesor Yamín aprendí profesionalmente, la eficiencia y la dedicación a su profesión. Como persona, la sencillez y amabilidad con la que siempre trataba a sus semejantes. Deja un gran vacío en la investigación, en la ingeniería y en nuestros corazones”, menciona Rincón.

Sus estudiantes también lo recuerdan.

Miguel Rueda Ramírez, egresado del pregrado y la maestría en Ingeniería Civil: “Luis Yamín me orientó como profesor, como jefe me formó a nivel profesional, y a nivel personal me permitió aprender del maravillo ser humano intelectual, talentoso, empático, asertivo y alegre que era. Su legado como ingeniero se resume en un sinfín de papers, normativas, artículos y conferencias que estoy seguro nos mantendrán curiosos por mucho tiempo y trascenderán en varias generaciones de ingenieros. Él es una persona que siempre evocará en mi un profundo sentimiento de admiración, lo recordaré por su forma tan amable y cordial de dirigirse a sus estudiantes, de disfrutar y reírnos durante las sesiones de trabajo, de resolver problemas complejos de forma práctica y sencilla, por ser cercano y escucharnos a cada uno de nosotros atentamente, y por lograr imprimir en todo diseño, investigación y proyecto la profunda pasión que sentía por la ingeniería. Hoy despido a un mentor que a través de los años ha dejado una marca en mi corazón y un sinnúmero de enseñanzas que quedaran grabadas en mi para toda la vida”.

Rafael Fernández, estudiante del Doctorado en Ingeniería: “Luis me enseñó una gran cantidad de cosas durante los seis años que tuve la oportunidad de trabajar con él y de conocerlo como persona. En términos profesionales me enseñó a querer y a respetar la práctica de la ingeniería. En particular, me enseñó a darle un enfoque práctico y sobre todo un sentido social a la profesión. Luis me enseñó que la ingeniería es una profesión que debe buscar mejorar la vida de las personas y me motivó a trabajar en temas de gestión de riesgo de desastres, tema que estoy trabajando desde mi tesis doctoral. Durante este tiempo tuve la oportunidad de aprender de él no solo a nivel técnico sino también a nivel personal. Luis me enseñó a dar siempre lo mejor de mí y a respetar y a entender al otro y los diferentes puntos de vista de cada uno. Le agradezco a él todas sus enseñanzas y todo el apoyo que me dio mientras pudo. Me considero muy afortunado de haberlo conocido como profesor, como jefe, como mentor y, sobre todo, como amigo.

Daniela Garzón Sanabria, egresada del pregrado y la maestría en Ingeniería Civil y actualmente ingeniera de proyectos del CIMOC: “Luis no solo fue mi profesor, fue mi mentor, mi jefe y mi ejemplo a seguir. En los años que tuve la fortuna de trabajar con él aprendí que la única forma de alcanzar la excelencia es exigiéndonos a nosotros mismos. Aprendí que el crecimiento surge cuando hay nuevos retos, y por eso él retaba constantemente a su equipo de trabajo, porque quería que fuéramos mejores. Mediante su ejemplo nos enseñó el valor del trabajo duro, y lo que se puede lograr cuando hay pasión y amor por lo que se hace. Luis era un trabajador incansable y un apasionado por el conocimiento, en esa medida logró convertirse en un referente para la ingeniería colombiana y para todos los que lo pudimos conocer, no solo a nivel profesional sino también a nivel personal. Dentro de sus incontables cualidades están su incomparable capacidad de liderazgo, su impresionante inteligencia, su tenacidad para solucionar problemas, su inmensa generosidad, y su trato agradable y respetuoso hacia todas las personas sin distinción. Por todo esto y más, Luis logró ganarse no solo el respeto y la admiración, sino también el cariño de quienes orgullosamente podemos llamarnos sus aprendices. Su partida representa una enorme pérdida para quienes quedamos huérfanos del segundo padre que significó Luis para muchos. En este momento solo me queda una inmensa gratitud hacia la persona que me dio la oportunidad de estudiar y creyó en mis capacidades, y de esta forma me hizo creer en mí misma y en lo que puedo lograr si me lo propongo. En mi memoria quedan hermosos recuerdos de los momentos a su lado, de las reuniones en las que me escuchaba y me retroalimentaba, y en las que siempre había espacios para reír y acercarnos como seres humanos. Luis ha dejado una huella imborrable en muchos corazones, y ahora está en nuestras manos honrar su legado y sus enseñanzas. Gracias por tanto Luis”.

Gustavo Fuentes Solano, egresado del pregrado y la maestría en Ingeniería Civil: “Las enseñanzas del profesor Luis Yamín van más allá del ámbito profesional, el legado de conocimiento en el campo de la ingeniería sísmica y estructural que nos dejo es maravilloso, pero también la formación personal y la forma en cómo afrontar nuevos retos es de lo más importante que él nos enseñó.  El profesor Luis se caracterizaba por ser una persona alegre, empática y que siempre sacaba lo mejor de las personas. Su capacidad de liderazgo y de cómo tratar a los demás era digno de admirar. Por eso pienso que las enseñanzas de él, aunque no eran de forma directa como en el caso de sus clases, nos las transmitía con su forma de ser, dejando una marca en cada uno de nosotros que nos cambió para ser mejores profesionales y personas. Por eso pienso que el legado que nos deja va más allá de las muchas publicaciones internacionales, conferencias y aportes a las normativas. El legado que nos deja es el sin número de profesionales que formó a lo largo de su gran trayectoria profesional, donde todos ellos, incluyéndome, mantendremos viva la memoria y dejaremos en los más alto todas las enseñanzas que el profesor Luis Yamín nos dejó”.

Recordaremos por siempre al profesor Yamín, quien se convirtió en un gran ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de profesores e ingenieros.

Todos los miembros de la Facultad de Ingeniería expresan sus condolencias a familiares y amigos y envían sus oraciones para un eterno descanso.

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